viernes, 4 de junio de 2010

Conservación más que una necesidad de sobrevivir



Es gran oportunidad para vivir

Por Carlos Vicente Torrealba

Desde muy niño mis padres me enseñaron el respeto por la naturaleza y el medio ambiente que habitaba, de ahí que surge esa pasión por la observación que me llevo a estudiar Filosofía y Ciencias Políticas. Cada día de mi vida es admirar las cosas bellas que nos entrega ella, de lo malo lo bueno de la experiencia y de lo bueno extraer lo hermoso que es vivir.

Hace ya casi ocho años que vivo en Guayana y nos residenciamos en una ciudad calidad como Ciudad Bolívar, lo preocupante para aquellos que nos quedamos enamorado de este estado es ver como todas las posibilidades de ser la punta de lanza del turismo y de la conservación se pierden, y consigamos día a día mas personas que agreden y depredan mas allá de sus riquezas el futuro de generaciones aun no nacidas; es que el estado Bolívar es una tierra con todas las posibilidades, lo imaginable y lo que aun no se puede ni siquiera soñar.

Nuestro estado además de su gente posee todo lo que a muchas naciones le falta y tiene lo que muchas añoran, pero olvida si no se cuida, se conserva, se cultiva y se valora la grandeza de una región, y es precisamente cuando sus pueblos se aman se protegen y luchan por esa tierra donde han nacido y a donde algún día serán sembrados como árboles de sueños.

Usted jamás se ha imaginado que el Orinoco, el Caroní y el Caura posen la simbología mágica del pasado, presente y futuro; a veces por la propia dinámica de nuestras vida pensamos que el Caroní es la razón del hoy de nuestra nación, sin esa cuenca el 80% de la energía que hoy consumimos seria de chimeneas y quizás nuestras calles, hoy sembradas de huecos por la desidia, fueran terrenales. El desarrollo de Venezuela esta ligado a nuestra región y en especial a su energía hidroeléctrica; conservar no es momificar nuestro estado, conservar es vivirlo intensamente; conocerlo; admirarlo y cuidarlo. Conservar es como el amor no se puede meter en una nevera para que no se marchite por que simplemente no lo viviríamos, es más bien envejecer junto con el ser amado cuidándola, protegiéndola y sobretodo respetando su condición connatural. Así es la naturaleza es la gran mujer de nuestras vida, ella da todo y no exige nada, lo único que pide es el respeto que a veces los humanos por egoístas, o por desconocedores de ella misma, queremos vivir pero a la vez destruyendo nuestra propia vida.

Lo que no se conoce no se puede amar, de ahí que para conservar nuestro territorio es imprescindible desarrollar el turismo que produzca el menos impacto en nuestra propia naturaleza y no solo el turismo estreno el más importante y constante, debe de ser el turismo interno. Es por ello que nuestro norte sea el turismo, la ecología turística y nuestro medio ambiente que forma el hecho geoestratégico de las políticas ambiéntales de nuestra visión, una mirada hacia el presente y futuro sin perder las huellas profundas de nuestro pasado

Por tanto la conservación mas que una necesidad de sobre vivir sea la gran oportunidad para vivir intensamente uno de las regiones mas bellas e importante del planeta, para la propia sobre vivencia de esta única tierra que tenemos.

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